
Las horas pasaban y se iba acercando mí momento, el momento
de mi fin. Me gustaría pensar que esta fue mi decisión pero la verdad en esta
vida nada había sido de mi elección. La gente va pasando a aquella habitación blanca
para despedirse de mi, gente que no veía desde hace años, o a la que veía pero
ni siquiera hablaba. Me decían que me querían, que me echarían de menos y mil
cosas más sin sentido. Yo sonreía, ¿Qué sentido tenia llorar mis últimas horas
de vida? Me despedí de mis padres, recordando todo lo que me habían cuidado y
protegido, de mi hermano recordando aquellas horas jugando cuando era niña y de
mi sobrino el cual aun no había nacido ni vería nacer. Por ultimo entro ella,
no hablo de mi muerte, no hablo de nada en particular simplemente reimos y
gastamos bromas como hacíamos siempre. Pronto ya no podía hablar, moverme, reír
pero aun podía oír y escuche las mejores ultimas palabras posible de sus
labios: Fuiste la única que me hacia reír cuando estaba triste. Y aunque no podía
sonreír morí feliz.
Espero vuestras criticas.
Firmado:
La muerte desde su tumba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario