Observo la última puesta de sol desde el balcón del hasta ahora fue mi
hogar. Mi pequeño pueblo nunca fue muy bonito, pero desde que aquella
altura aquel pueblo parecía precioso, por el otro lado se veían lo
campos de trigo aun verde junto algunas grajas perdiéndose en el
horizonte. Entro en la casa y acaricio una a una las paredes ahora
vacías, tras quitar todos los muebles. Vuelvo ha lo que queda de mi
habitación, observo cada grieta en la pared, cada pequeño golpe, cada
diminuto rastro de pintura de los rotuladores. Recuerdo, recuerdo las
historias guardadas tras esos desastres, fueron hechas por mi por mis
amigas y mi familia. En este lugar es donde mi hermano y yo dimos
nuestros primero pasos, dijimos nuestras primeras palabras, aprendimos a
reír y nos poníamos a llorar, aquí es donde mi hermano anuncio su boda,
y donde yo traje a mi primer amor. Y ahora no volveré a pisar esta casa
nunca, a ver sus estúpidas paredes, ni a chocarme con sus malditas
puertas. Bajo los tres pisos que me separan del suelo y abandono para
siempre el único hogar que he conocido, el que sin pretenderlo se
convirtió para mi y los míos en el lugar mas maravillosos del mundo, el
que me hacen abandonar a la fuerza.
Espero vuestras criticas.
Firmado:
La muerte desde su tumba.