
En un mundo de seres imposibles la luz y la oscuridad se encuentran
más de lo que deberían. Los humanos no nos damos cuenta la mayoría del
tiempo de lo que nos rodea, vivimos felices en nuestro mundo de sombra,
proyectada por la luz que oculta la oscuridad. Muchas veces tanto la luz
como la oscuridad se adentran en nuestro mundo, y vemos cosas que no se
deberían ver. Ahora desde mi negra tumba os contare como choque de
bruces con la luz y por culpa de esto caí en el abismo de la oscuridad.
Era un día demasiado normal, aburrido, ni si quiera sentía estrés por
los exámenes, la tarde era soleada, pero sin excesivo calor, una típica
tarde de primavera. Y entonces lo vi, con un aura triste rodeándolo.
Todos podían mirarlo, pero nadie salvo yo podía verle y él parecía
saberlo. Se acerco a mi, mientras yo permanencia pegada al asfalto. Me
cogió la cara con sus cálidas manos, y examino mi rostro con sus
apenados ojos esmeralda. “No todo lo que se encuentra en la luz es
bueno” dijo el mientras me colocaba entre sus brazos para abrazarme, su
pelo azabache me hacia suaves cosquillas en mi mejilla, y sus fuertes
brazos estaban posados en mi espalda y mi cintura. “No pasa nada” digo
consolándolo a la vez que una de mis manos empieza a acariciarle las
suaves plumas de sus grandes y blancas alas.
Espero vuestras criticas.
Firmado:
La muerte desde su tumba.
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