Tirada en aquella cama, en aquel lugar
alejado de la civilización medio inconsciente recordó algo
que llevaba toda la vida evitando
recordar, el día que perdió la virginidad.
Era una historia que nadie sabía, y
que nadie sabría nunca, ella y perversión solían bajar desde que
eran apenas unas niña a la tierra y se colaban en las “habitaciones”
de los humanos observando lo que hacían. No tardamos demasiado en
comprender lo que hacían, el sexo y todo lo que llevaba a aquello y
las consecuencias que tenían. Nosotras siempre fuimos muy precoces
en aquel tema, a veces nos acompañaba también Curiosidad, pero ella
era mas parecida a Inocencia. Siempre le hablábamos a nuestros
hermanos del sexo, desde pequeñas, aunque no sabíamos por que,
eramos nosotras apuntando maneras.
Cuando llegaron a la adolescencia el
sexo no solo el tema central de ella y de perversión si no que lo
era de todos sus hermanos (excluyendo a Inocencia). Y perversión y
ella por aquel entonces tenían mucho trabajo, pero eso a mi no le
importaba ella solo quería pasar con Orgullo. Eso le pasó factura.
Una noche estaban ellos solo, jugueteando entre risas y cosquillas,
cuando sus besos en las mejillas y caricias en el pelo fueron
cambiando sin que ninguno de los dos se diera cuenta.
Un fugaz beso en los labios dio paso a
que las manos de Orgullo recorrieran el cuerpo de Lujuria
acariciándolo sin apasionadamente. Ella dirigía, pues aunque no
fuera experiencia directa había visto esto muchas veces (aunque
nadie salvo Perversión sabia que ella aun era virgen). Los cálidos
labios de Lujuria no dejaron de presionar los de Orgullo. Aquellos
besos, aquellas caricias y aquellos gemidos nunca ha vuelto a tener
algo como aquello por muchas personas con las que se haya acostad.
Una parte de ella quiere pensar que fue por que era su primera vez,
pero otro tiene miedo de que si vuelve a repetir la experiencia sea
igual de perfecta, y se de cuenta de lo que de verdad siente por
Orgullo.
Pero lo mejor no fueron los besos, las
caricias, el sexo, lo mejor fue aquel abrazo en el que se fundieron
cuando todo acabo, era algo que siempre había añorado y que había
buscado en otros brazos pero jamas lo encontró.
Y ahora allí tirada al lado de el a
poco centímetros de sus brazos quería abrazarlo de nuevo, como
aquella noche, pero no podía, ella era Lujuria, no podía
enamorarse, no podía permitirse sentir aquello, solo debía guiar
los mas bajos instintos, sin importar nada mas. Podía sentir en esos
momentos de añoranza como una lagrima se le escapaba, pero paro
antes de que el llanto continuara, Orgullo no podía verla así.
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